MasOrange dejará fuera de su perímetro societario a la empresa de fibra óptica que formará con Vodafone y que se espera que esté en funcionamiento durante el primer trimestre del año 2025, según asegura la compañía en su presentación remitida a analistas tras la publicación de sus resultados del primer semestre. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que el objetivo de desconsolidar la nueva FiberCo es que pueda tener mayor flexibilidad para cerrar futuras alianzas.
El primer gran acuerdo que cerraron MasOrange y Vodafone al respecto fue el reparto accionarial, que quedará en un 50% para la joint venture y el 50% restante a repartir entre Vodafone y un futuro inversor que pueda entrar para aportar liquidez a la nueva sociedad y también a sus dos dueños fundadores. En el anuncio del acuerdo de intenciones en julio, ya que indicó que existía la idea de «incorporar un tercer inversor en el capital de la nueva entidad de fibra«. Un desembarco en el que se sigue trabajando, aunque no habrá novedades hasta después de tener la autorización regulatoria para la FiberCo.
No se ha confirmado oficialmente, pero en el mercado circula la certeza de que el objetivo es ceder el 40% de esta FiberCo a un tercer socio, dejando a Vodafone con un 10% de la compañía. Esto supone que, por un lado, reciba una inyección de unos 2.000 millones, lo que valoraría toda la sociedad en unos 5.000 millones de euros, 7.500 incluyendo deuda. Del mismo modo, la operadora en manos de Zegona obtendría una participación proporcional a su aportación de infraestructura de fibra.
Participación de Zegona
En total, se han incluido en el acuerdo 11,5 millones de hogares pasados en España (unos nueve millones propiedad MasOrange) en una sociedad que proporcionará acceso a servicios de fibra óptica de los dos socios en esta huella. En el lado de los clientes, se incluyen unos cuatro millones. La cobertura total de fibra de la joint venture es 17 millones y de sus socios de 10,4 millones, aunque solo 3,8 millones de fibra y el resto con tecnología HFC. Por separado, los primeros tienen 6,8 millones y los segundos poco menos de tres millones. Los dos socios industriales se encargarán del mantenimiento de las respectivas redes que aportan a la FiberCo.
Así, la nueva compañía estará fuera del perímetro de MasOrange. De hecho, su participación del 50% es el límite permitido para que la sociedad este desconsolidada de la joint venture. De esta manera, la nueva FiberCo con Vodafone no computará directamente dentro de los resultados de la matriz, ya que será solo una participada más. Esto también implica que contablemente no afecte las métricas de su sociedad mayoritaria y que solo entren como resultados financieros si es que se incluyen en la cifra final.
La matriz de todo el grupo es MasOrange SL, participada al 50% por Orange Francia y Lorca (dueños de MásMóvil), de la que a su vez cuelga Lorca HolCo Limited y bajo ella Lorca Telecom Bidco. Tras esta última encontramos a Orange Spain, la Finco desde donde cuelga la deuda de la compañía (poco más de 12.000 millones de euros), Kaixo Bonco Telecom y MasMovil Ibercom. Lo normal es que la nueva FiberCo sea participada directamente por la matriz de toda la compañía, pero actuando como socio financiero, no integrado en la estructura global.
Estrategia de MasOrange
Estamos ante un movimiento que suele ser habitual en este tipo de operaciones en el mundo de las telecomunicaciones. Telefónica se fusionó precisamente al 50% con Liberty para crear Virgin Media O2 y la propia joint venture de Orange con MásMóvil se hizo al 50%. Las empresas que constituyen bajo esta fórmula aíslan de las cuentas de sus socios el impacto directo de sus nuevas sociedades y ganan más agilidad ante eventuales alianzas que se quieran constituir en el futuro.
Esta es la primera gran operación que la joint venture quiere cerrar en el mercado tras la integración de Orange y MásMóvil en abril. Es así como esta FiberCo es un buen ejemplo de la estrategia que la operadora quiere imponer en el sector de redes de fibra óptica, centrándose en la creación de valor a través de la maximización de la utilización de la red FTTH, compartiendo la red y sacando un rendimiento económico con la venta de parte de esta participación. Un montante que en el caso de esta primera sociedad servirá a las dos operadoras para pagar deuda.
Los números indican que tras el pacto con Vodafone quedarían unos ocho millones de hogares pasados con red propia de MasOrange, lo que abre la puerta a acuerdos similares con otros operadores del mercado o fondos con intención de invertir en redes de fibra óptica. En esta línea, en el sector se da por descontado que la estrategia de la joint venture pasa también por monetizar y maximizar el resto de su infraestructura de fibra en propiedad.